Principal

Diario YA


 

Misa celebrada en la Catedral de la Almudena

Armenia 1915-2015: La causa

Daniel Ponce Alegre. Teólogo y Antropólogo. Delegado en Levante de Diplomacia S. XXI. El pasado 13 de abril de 2015, tuve el honor de ser invitado por la Embajada de Armenia en España en la persona de su Embajador, el Excmo. Sr. D. Avet Adons, diplomático de amplia  y sólida experiencia y que cuenta con un equipo profesional muy competente, a la Misa celebrada en la Catedral de la Almudena de Madrid en recuerdo del genocidio armenio y que estaba repleta de fieles de toda España contándose entre ellos diputados, senadores, periodistas y diplomáticos como el Excmo. Sr. D. Yuri Korchagin, Embajador de Rusia en España.
Mis lectores saben que he dedicado varios artículos sobre el Genocidio Armenio, así como a la historia de Armenia, a sus relaciones con España, y  con sus vecinos, entre ellos por ejemplo Georgia y Rusia.
Respecto al Acto celebrado el día de ayer, y sin la intención de ser repetitivo diciendo lo mismo que han dicho los medios estos días de si el Papa ha usado por primera vez en una Misa en la Basílica de San Pedro la palabra " genocidio armenio ", de si el Gobierno de Turquía ha llamado a su Embajador ante la Santa Sede a consultas, o de si a pedido explicaciones y a manifestado su enfado al Nuncio en Ankara, mi intención en esta ocasión es recordar, pues considero que no sólo no está de más recordarlo cuantas veces sea, sino que considero que éste es el mayor acto de justicia que los hombres podemos hacer a los armenios asesinados y masacrados por los turcos musulmanes del Imperio Otomano, y más si esos armenios eran cristianos como lo soy yo, como lo es gran parte del país donde vivo, y como lo es también gran parte de occidente a pesar de los intentos de descristianizarla de forma absoluta y de que " cuando vuelva el Hijo del Hombre - no - halle la fe sobre la tierra "; siendo los cristianos, en el caso concreto de Armenia, fundamentalmente de la Iglesia Cristiana Apostólica Armenia y en algunos casos cristianos católicos de rito oriental.
En esta masacre no habían otras minorías como en alguna ocasión se ha dicho, y que a mí me han manifestado representantes públicos de diferentes administraciones y regiones, así como periodistas y escritores, con la intención de disolver y difuminar en una maraña multiconfesional, globalizadora y con tintes masónicos en algunos casos, que la verdadera naturaleza del genocidio era religiosa y dirigida a un sector muy concreto: cristianos.
Entre los armenios objetivo no habían musulmanes, judíos o budistas, sólo habían cristianos, pues los armenios son cristianos; como sólo habían cristianos entre los casi 800.000 caldeos asirios masacrados también por los musulmanes fundamentalmente otomanos durante la I Guerra Mundial, y en especial ese mismo año de 1915; en otro artículo analizaré con profundidad, Dios mediante, el caso concreto y el contexto del Genocidio Caldeo.
Como he dicho, el mayor acto de justicia y reconocimiento que podemos hacer los hombres, por encima de que se reconozca en los parlamentos nacionales, autonómicos o ayuntamientos, por encima de que se construyan monumentos en recuerdo del Genocidio o se dedique calles, es dejar claro y mostrar por qué dejaron la vida, hasta el Día que Jahvé Dios se la devuelva, estos hermanos nuestros cristianos armenios.
No fue una simple limpieza étnica o una acción estratégica militar, salvo que la contemplemos en términos islamistas yihadistas, de eliminar al enemigo, como pudiera ser la limpieza comunista de la Yugoslavia de Tito, de Pol Pot o la norcoreana, sino que fue una limpieza religiosa de cristianos en un contexto en el que se estaba produciendo la misma acción en otros lugares de la región, y así debemos verlo para entenderlo en su plenitud y verdadera causa.
El estudio exegético de las Sagradas Escrituras, la Biblia, nos ha llevado a algunos exegetas a entender el inicio del siglo XX, tan mortífero para los cristianos en general y para los cristianos armenios en particular, como el momento en el que se produce " el descenso y expulsión del Cielo a la Tierra de Satanás y sus demonios ", como dice Apocalipsis 12: " ¡hay de la tierra y el mar!, pues el Diablo ha descendido con gran cólera, sabiendo que le queda un corto espacio de tiempo ".
En otros pasajes del libro de Apocalipsis vemos que el objetivo de Satanás es la descendencia espiritual de la Mujer " la Iglesia " de  Jahvé Dios, es decir, los cristianos.
Sólo me queda decir como conclusión, que el pueblo armenio, y en especial los mártires armenios, no tienen su Esperanza en gobiernos, autoridades, nuncios ni arzobispos sino en las Promesas de Vida Eterna tras la Resurrección y Renovación prometidas por Cristo, el Señor, gracias a que hizo  " no su voluntad " sino la del Padre, Dios de Israel.

Etiquetas:Armenia